sábado, 11 de agosto de 2012

SAN LORENZO



LORENZO

Su forma latina es Laurentius, un derivado de laurus, que significa "laurel", la planta que simbolizaba la gloria y la inmortalidad. Por eso se coronaba a los vencedores (tanto militares, como deportivos, como literarios) con la corona de laurel. Derivado de laurus se formó el nombre de Laurentum, antigua ciudad del Lacio. Al habitante de esta ciudad se le llamaba Laurens o Laurentus. De este gentilicio se formó el nombre propio Laurentius, que traducimos como Lorenzo.
Este nombre nos habla del laurel y de todo lo que con esta planta sagrada se simboliza: la inspiración, la buena fortuna, la gloria, la victoria. En la Edad Media se empleaba el laurel en las universidades para coronar a los poetas, a los artistas y a los sabios. Y en el deporte se ha usado siempre para coronar a los vencedores. El nombre de Lorenzo se ha llevado mucho en España. El gran san Lorenzo del siglo III, el que murió en las parrillas, fue español sin ninguna duda. Este es un nombre muy popular. Nos recuerda su popularidad la canción esa que dice: "El sol se llama Lorenzo y la luna Catalina..."


San Lorenzo nació muy probablemente en Huesca. Conocemos el nombre de sus padres: Orencio y Paciencia. Sabemos que sustituyó a Sixto como primer diácono (servidor de los pobres) cuando éste fue elegido papa. Sabemos también que sufrió el martirio tres años más tarde que éste. Cuentan sus hagiógrafos que el emperador Valeriano le exigió a Lorenzo que entregara los bienes de la Iglesia, pues él era el que los administraba en el socorro de los pobres. Ante la insistencia del emperador para que ejecutara sus órdenes, le pidió tres días para poder recogerlos. Reunió Lorenzo en estos tres días a todos los pobres, viudas y huérfanos a los que la Iglesia socorría, y con ellos se presentó a Valeriano y le dijo: "He aquí todas las riquezas de la Iglesia; a su servicio están todos los bienes que la caridad de los ciudadanos de Roma pone en nuestras manos." Se sintió afrentado el emperador por este gesto de Lorenzo, por lo que mandó quemarlo en unas parrillas. Cuenta la tradición que sufrió con una gran serenidad tan cruel martirio, de manera que cuando estuvo bien quemado de un lado, dijo a sus verdugos: "ya podéis darme la vuelta, que de este lado ya estoy asado." Se cree que esto ocurría el 10 de agosto del 258, 259 o 260. Esta es la fecha en que los Lorenzos suelen celebrar su onomástica, aunque pasan de la decena los santos de este nombre. Italia y España son los países en que más ha florecido el culto al santo. En Roma tiene dedicadas nueve iglesias. En España las catedrales de Huesca y de Burgos y el monasterio de San Lorenzo de El Escorial erigido por Felipe II para conmemorar la victoria de San Quintín. También la iconografía es abundantísima. Fra Angélico, Ribera, Zurbarán, Memling, Andrés de la Robbia, Bernini y otros han representado al santo en sus lienzos o en sus esculturas.

Para saber más:

Estampas de San Lorenzo Mártir 1

Nacimiento c. 225 - Huesca o Valencia (Hispania)
Fallecimiento 10 de agosto de 258 - Roma
Venerado en Iglesia Católica, Iglesia Ortodoxa, Comunión Anglicana, el luteranismo y las demás.
Principal Santuario: Basílica de San Lorenzo Extramuros
Festividad: 10 de agosto
Atributos: Llevando una parrilla y vistiendo una dalmática, a veces también se le representa con la palma del martirio y el libro de los Evangelios.
Patronazgo
Arnuid (Orense), San Lorenzo del Escorial(Madrid) , Benirredrà (Valencia), Ezcaray (La Rioja), Canadá,
Marca (Perú), Huesca, Roma, Chaguaramas (Edo. Guárico,Venezuela), Rotterdam, Sri Lanka Vinces (provincia de Los Ríos, Ecuador) San Lorenzo de Tarapacá(Chile).

De los bibliotecarios, cocineros, comediantes, curtidores, diáconos, estudiantes, mineros.


Las Perseidas:

Son también conocidas con el nombre de lágrimas de San Lorenzo, porque el 10 de agosto es el día de este santo. En la Edad Medieval y el Renacimiento las Perseidas tenían lugar la noche en que se le recordaba, de tal manera que se asociaron con las lágrimas que vertió San Lorenzo al ser quemado en la hoguera, concretamente en una parrilla.



Dánae recibe a Zeus en forma de lluvia de oro (Tiziano)

Las Perseidas, la lluvia de meteoros más popular del año que podrá disfrutarse este fin de semana, se produce cuando diminutos fragmentos de polvo provenientes de la cola del cometa Swift-Tuttle, entran en la atmósfera. La combustión produce un bólido o estrella fugaz, un destello que dura menos de un segundo y que es lo que se ve desde la Tierra. Esta es la explicación científica, pero las Perseidas tienen otras historias detrás que aumentan aún más su peculiar encanto y romanticismo. Una de ellas, la más dramática, tiene que ver con la tradición cristiana y la otra, más mundana, con la mitología griega.
Las lluvias de estrellas reciben su nombre de la constelación desde la cual parecen provenir los meteoros, lo que se denomina radiante. En el caso de las Persedias, el radiante se localiza en la constelación de Perseo. En la mitología griega, Perseo es el hijo de Zeus, quien, enamorado de la ninfa Dánae, tuvo que metamorfosearse para poder entrar en la habitación donde estaba recluida su amada y engendrar a su futuro vástago. La forma que eligió el dios fue, precisamente, una lluvia dorada... Después, ya mayor, Perseo tiene amores con la princesa Andrómeda, que es la constelación que se ubica a su lado. Incluso la salvó de un monstruo marino que estaba a punto de devorarla. Tampoco fue el primero en derrotar; antes ya le había cortado la cabeza a la Medusa, conocida por convertir en piedra a quien la mirase, aunque eso ya es otra historia.

El martirio de San Lorenzo

Las Perseidas son conocidas también como las Lágrimas de San Lorenzo, al coincidir más o menos su llegada en agosto con la fecha en la que se recuerda el martirio del santo (10 de agosto). San Lorenzo fue quemado vivo en una hoguera, a la parrilla, en Roma. Se dice que en medio del martirio exclamó: «Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho». Sus lágrimas, reza la leyenda, son las «estrellas» que en las próximas noches caerán del cielo.
Por si las Perseidas no tuvieran suficiente magia, el cometa que las provoca, el Swift-Tuttle, se perdió de la vigilancia de los astrónomos por imprecisiones cometidas en la estimación de su órbita. Incluso se creyó que se había desintegrado. Lo que ocurría e que el período en el que el cometa lograba completar su órbita no era de 120 sino de casi 130 años. Para alivio de los científicos, volvió a reaparecer en 1992.
Consulta aquí cómo contemplar las Perseidas. Seguro que resulta difícil no pedir un deseo. También forma parte del misterio.

Fuente: http://www.abc.es/20120810/ciencia/abci-mito-detras-perseidas-201208101416.html



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