PATRONA DE SANTANDER, festividad el lunes siguiente a Pentecostés.
De la documentación histórica en uno de los libros, existente en el Archivo Histórico Nacional (sección clero), fechada en el último tercio del siglo XVII y que llega hasta mediados del s-XIX, extraemos en síntesis lo más notable. Además de lo ya señalado respecto a su fundador, a finales del s. XIV; se nos muestra que ya en 1467 la villa de Santander cumplía el voto 'de cada año en costumbre inmemorial' de su Ayuntamiento, a la Virgen del Mar en la 'feria segunda después de la pascua del Espíritu Santo' (solemnidad de Pentecostés), y lo hacía con otros lugares de su bahía que 'venían a cumplirlo a pie'… Antes, en 1429; una ermitaña servidora del trono de la Virgen en la isla -Juana de las Cavadas-, hace ya una donación al próximo monasterio de Monte Corbán, cuyos frailes jerónimos frecuentaban la ermita.
El pastor de la diócesis urcitana, -primer obispo de la restaurada sede almeriense-, D. Juan de Ortega (1492-1515), habiendo sido nombrado abad de la Abadía de los 'Cuerpos Santos' de Santander, quiso iniciar la visita a la Villa en 1506, empezando por su primera y más importante ermita: la de su patrona la Virgen del Mar. Curiosamente la patrona de la ciudad de Almería es también la Virgen del Mar, en la que es seguro algo tendría que ver este obispo natural de Burgos (está enterrado en el monasterio de las 'Doroteas' de esa ciudad 'Caput Castellae'), y cuya representación en la catedral burgalesa se contemplaba en el claustro, en el sepulcro del canónigo Diego de Santander… Las procesiones institucionales a la ermita se hicieron frecuentes y patentes, sobre todo a propósito de las epidemias de peste (1503 e inicios de 1597), a veces con las reliquias de los 'Santos' de la colegial, en viajes de ida y vuelta con rogativas y novena.
Hay otra multitud de curiosidades y anécdotas referidas a acontecimientos de visitas, herencias, fiestas y celebraciones, concesiones, ermitaños/as, obras, asaltos, guerras y otras penalidades. Cabe destacar en el ámbito de las visitas, la que realizara la reina Isabel II en 1861, y en la cual quedó grandemente impresionada por el fervor que demostró el Pueblo a su Patrona. De resultas de ella mandó hacer la carretera que desde San Román da acceso al santuario y regaló un precioso manto rojo con brocado de oro… En 1926 se construyó el puente de cemento que hemos conocido hasta el nuevo de 2002.
Historia viva y contemporánea que hemos vivido y que ha quedado fijada con cariño en nuestra existencia, fue el encuentro solemne de imágenes marianas de la diócesis en la ciudad de Santander (plaza de las estaciones), en mayo de 1955; o la arribada de la tripulación de aquella expedición atlántica que capitaneaba el santanderino Vital Alsar en el otoño de 1978, ofreciendo los exvotos de la hazaña que rememoró la ruta de Orellana, acompañados por los miembros del Centro de Estudios Montañeses (Institución de la cual también Ella es patrona). Así mismo el reconocimiento por parte de la Corporación Municipal santanderina de la renovación del patronazgo en los tiempos actuales y postconciliares (acuerdo a 11 de enero de 1979), de Santander y su término; con celebración solemne y misa de pontifical en su santuario presidida por el Sr. Obispo de la diócesis, D. Juan Antonio del Val Gallo, el 10 de junio de 1979.
Más reciente está la fecha de 1993, con la finalización de las obras que arreglaron magníficamente la ermita, a cargo del Ayuntamiento que presidía D. Manuel Huerta, siendo abad del santuario D. Juan José Valero Álvarez; así como también la adecuada restauración de la imagen de la talla, en el taller de Rocío Espejo… Para velar por el cuidado, conservación y difusión del culto a la Virgen se constituyó el 4 de febrero de 1994 la Hermandad de la Virgen del Mar. Un año después -en 1995-, se creó la medalla de oro de dicha Hermandad.
Fuente: http://www.virgendelmar.es/
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