-Esta semana toca visitar un lugar de oración. No se trata de un monumento cualquiera sino de un edificio religiosos donde los creyentes se reúnen a rezar. Jesús va al Templo. Espera poder rezar allí, pero… ¿Habéis oído lo que se encontró y lo que hizo?
Heme aquí en tu casa, Señor,
vengo a ti, estoy en tu casa.
Mis ojos se posan en tu sagrario,
la lamparilla me dice que Tú estás presente.
Mis ojos se maravillan ante la luz
que atraviesa la vidriera.
Este rosetón redondo como la tierra
me hace pensar en tu deseo
de ver el mundo transido por la Luz.
Mis ojos se detienen en la cruz.
Pienso en el Amor
que puede ser tan fuerte
que es capaz de darlo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario