Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando delante de una gruta escuchó una voz misteriosa que
desde dentro le decía:
"Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo importante. Pero recuerda algo: después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, y no te olvides de lo principal....."
La mujer entró en la gruta y encontró muchas riquezas. Fascinada por el oro y por las joyas, puso a su hijo en el suelo y empezó a juntar, ansiosamente, todo lo que podía en su delantal.
La voz misteriosa habló nuevamente.
" Tienes solo ocho minutos "
Agotados los ocho minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas, corrió hacia fuera de la cueva y la puerta se cerró...
Recordó, entonces, que el niño quedó adentro y la puerta estaba cerrada para siempre.
La riqueza duró poco y la desesperación... para el resto de su vida!
Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros. Tenemos unos años para vivir, y una voz siempre nos advierte: "Y No te olvides de lo principal!"
Y lo principal son los valores espirituales, la eucaristía, el compromiso cristiano, la oración, la vigilancia, la familia, los amigos, la vida. Pero la ganancia, la riqueza, los placeres materiales nos fascinan tanto que lo principal – a veces -queda en un plano secundario....
Así agotamos nuestro tiempo aquí, y dejamos a un lado lo esencial " Los tesoros del alma!".